Nuestra vida está llena de constantes cambios.
> A veces son cambios que aceptamos con normalidad (las distintas fases de nuestro proceso de escolarización, por ejemplo).
> A veces son cambios que alteran nuestra realidad y nos sacan de nuestra zona de confort (la pérdida de trabajo o una rotura sentimental).
> A veces son cambios que desearíamos que no hubieran tenido lugar (la pérdida de un ser querido o un accidente).
> Y a veces son cambios que se mantienen en estado latente ya que, a pesar de que sabemos que deberíamos hacerlos, nos faltan la fuerza y el valor necesarios para llevarlos a cabo (cuando, a pesar de trabajar en algo que no nos gusta, no somos capaces de dejarlo; cuando, a pesar de tener una relación que no nos llena, no somos capaces de ponerle fin; cuando, a pesar de vivir en una ciudad en la que no nos sentimos cómodos, no somos capaces de marcharnos de allí, etc.).