¿Por qué se originan los bloqueos de comunicación y cómo nos afectan?

¿Recuerdas que hace unos días hablábamos de los bloqueos cerebrales y de cómo estos se desencadenan cuando no expresamos verbalmente nuestras emociones? 

Pues bien, en el post de hoy nos centraremos en los bloqueos de comunicación porque, como seguro ya habrás deducido, si conseguimos verbalizar aquello que sentimos, no daremos pie a que se generen bloqueos cerebrales.

En este sentido, la directora del Centro FAC, Griselda Vidiella, sostiene que, bajo el punto de vista de la metodología Keymac, los bloqueos de comunicación se producen cuando no expresamos aquello que sentimos o pensamos, y expone que hay dos tipos de bloqueos de comunicación. 

> Por un lado, tenemos los bloqueos de comunicación social e intelectual. Estos bloqueos nos ponen trabas, por ejemplo, a la hora de expresarnos verbalmente delante de un público, ya sea cuando el profesor nos hace salir a la pizarra o cuando nos toca hacer una presentación en el trabajo.

> Por el otro, tenemos los bloqueos de comunicación relacionados con las emociones y con la incapacidad de expresar sentimientos íntimos y personales.  

 ¿Te atreverías a decir cuál de estos dos bloqueos crees que es el predominante en nuestra sociedad? Bingo. Los bloqueos de comunicación emocional. 

A lo largo de estos casi 30 años, nos hemos encontrado con muchas personas que tienen importantes dificultades para poder expresar sus sentimientos. Y ahora, segunda pregunta: ¿a quién crees que afecta más este bloqueo, a las mujeres o a los hombres? Acertaste de nuevo. A los hombres.

En todos estos años de rodaje, hemos visto como los patrones educativos caducos basados en “los niños no lloran” o “los chicos deben ser fuertes” han cosechado sus frutos. De hecho, en el Centro FAC, nos encontramos a diario con hombres a los que les cuesta mucho expresar cómo se sienten a causa de este tipo de mensajes recibidos durante su infancia y adolescencia. 

Así pues, y nunca nos cansaremos de repetirlo, es importante otorgar a la gestión de las emociones la atención que se merece. 

En este sentido, y recogiendo nuevamente las palabras de Griselda: “Cuando no hay bloqueos de comunicación, nos sentimos en plena libertad y capaces de expresarnos verbalmente. Así, al hablar, fusionamos la comunicación emocional y la intelectual, aportando un ingrediente sumamente importante. El oyente percibe claridad, sinceridad y pasión”.