Cristian es un buscador, un ser curioso. Confiesa que todo lo que hace forma parte de sus a­fi­cio­nes: explorar el cuerpo y el movimiento, buscar respuestas ante las cosas que no entiende, sis­te­ma­ti­zar sus hallazgos y ponerlos en duda nuevamente, observar la naturaleza, hacer silencio.

Lleva casi 10 años activamente en el sector de la terapéutica, un camino que empezó a recorrer motivado por querer entender un poco más sobre la relación entre el cuerpo y el mundo. Para él, la terapéutica es un proceso de autoconocimiento y, a la vez, de acompañamiento, todo ello desde la mayor humildad posible.

Lo que más le gusta de su trabajo es la sensación de vitalidad en el encuentro terapéutico, único e irrepetible cada vez, hecho que hace necesario desarrollar la escucha y la capacidad de improvisación. Explica que, en todo ello, hay una parte de misterio que es simplemente maravillosa.