La frase que encabeza este artículo, cuyo autor es el psicólogo y escritor estadounidense Wayne Dyer, nos recuerda algo que demasiado a menudo olvidamos: todos tenemos la capacidad de cambiar el filtro a través del cual interpretamos nuestra realidad.
La mayoría de nosotros bailamos al son de nuestras circunstancias externas. Cuando todo va bien a nuestro alrededor, nos sentimos completos pero, cuando las cosas se tambalean, nos derrumbamos.
Vivir sujetos a todo lo ajeno es andar sobre arenas movedizas y es algo tremendamente agotador porque atribuimos a esas circunstancias externas el poder de condicionar nuestro bienestar integral.
Por ello es tan importante tomar consciencia de que, cuando no podemos cambiar esas situaciones, siempre está en nuestras manos modificar el punto de vista desde el cual digerimos todo aquello que vivimos.
Llevamos varios meses instalados en un contexto que es nuevo para todos y es fácil dejarse llevar por la corriente de negatividad, miedo e incertidumbre. Sin embargo, si adquirimos herramientas de gestión emocional que nos permitan afrontar la realidad desde otro prisma, conseguiremos convertirnos en cañas de bambú.