Kírian busca casar las virtudes del pensamiento oriental y el humanismo occidental (ser consciente del ser humano y su relación con el mundo, así como tratar de sacar la mejor versión de uno mismo).

Es una persona curiosa que busca seguir mejorando en aquello que hace. Siempre ha sentido vocación por la triada de las terapias alternativas (como forma de sanación), las artes marciales (como forma de autosuperación) y la filosofía y enseñanzas (para que todo el mundo pueda disponer de las herramientas anteriores).

Sus padres influenciaron su vocación por las terapias alternativas, aprendiendo el primer nivel de Reiki junto a su madre cuando era adolescente. Su padre sufría dolores de espalda por el trabajo y, desde pequeño, Kírian ya le estaba haciendo masajes para aliviarle. Desde entonces, acompañar a las personas con el masaje es algo que siempre le saca una sonrisa.

Consciente de que, debido a los cambios sociales, hay una creciente desconexión y malestar que acaba afectando a las emociones, Kírian prefiere usar una técnica suave que acompañe y relaje la mente para que en el día a día las personas tengan más oportunidades de escucharse y tomar el camino que les aporte bienestar.

Él llama a estos momentos de escucha “chispas de inspiración que salen del corazón” para diferenciarlas de los pensamientos de la mente que nos preocupan. Kírian cree firmemente que, cuando se escucha esa ilusión, es hora de actuar.